lunes, 4 de abril de 2011

Cardón: calidez criolla

Arrecian los primeros frescores del otoño por estos pagos. De a poquito vamos desempolvando los sacos, las camperas, los sobretodos y preparándonos para la temporada de días más cortos y comidas más generosas. A mi me gusta el frío, no lo voy a negar. Se me hace la más civilizada de las temperaturas, la antítesis de la sudorosa exhuberancia veraniega, de esa pegajosa temporada de rancia mezcolanza de olores, de barquillos en Mar de Ajó, de cornalitos fritos y música tropical. El invierno es sobrio, elegante, limpio y si, quizá, un poquitín melancólico. Es llamarada que devora un leño, guiso generoso, una manta de lana que nos abraza.

De esas imágenes de un invierno paradójicamente cálido al refugio del hogar, de esa intimidad propia de un tiempo de recogimiento y reflexión, parece haber sacado Cardón la inspiración para su colección otoño - invierno. Según la información de prensa suministrada por la casa fundada por Gabo Nazar, el punto de partida está dado por el paisaje de la provincia patagónica de Tierra del Fuego, por la paleta característica de los bosques, los lagos y las montañas australes. La impronta paisajística se refleja en la elección de los colores que predominan en las prendas: el marrón en todas sus gamas, el naranja, los morados. Sin embargo, a mi se me antoja que la inspiración ha ido mucho más allá. La colección refleja la cultura, la historia y el imaginario patagónico.

Como yo lo veo, Cardón le ha dado una vuelta de tuerca a la impronta retro que todo el gremio textil ha elegido para esta temporada. Sin duda hay mucho de los años '50 en los sobretodos con cuello de piel, las solapas estilizadas de los sacos, los pañuelos al cuello. Pero el viaje en el tiempo va mucho más atrás y rescata la estética de los pioneros de la Patagonia, de aquellos gringos que recayeron a fines del mil ochocientos en esa tierra habitada sólo por el viento y que con sacrificio levantaron  iglesias, talleres y pueblos enteros a imagen y semejanza de sus natales aldeas de Gran Bretaña. Es esa mixtura entre lo criollo y lo británico lo que define la propuesta para el invierno que se avecina. Propuesta que, por todo lo demás, se inscribe en la identidad propia de la marca, tan vinculada a lo rural y lo folclórico.

Que quiere que le diga. Si finalmente mi viejo y querido sobretodo se levanta demasiado impregnado a naftalina y el chiflete me empieza a calar los huesos, lo más probable es que me de una vuelta por Cardón y me deje convencer por un saco de tweed, una boina y un cardigan. De vuelta a casa, enciendo la calefacción, me sirvo un scotch y me tiro a dormitar con Dianne Reeves de fondo hasta que el futuro me despierte a cachetadas.

Fotos: www.cardon.com.ar

1 comentario:

Aninka Tokos dijo...

Cardón, una marca para seguir e imitar en cuanto a su calidad y estilo.
Al margen, la prosa usada en este post se merece todos mis aplausos.
Besos!